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Audi A5 Coupé. Seducción total

Mientras acudíamos al evento en el que íbamos a probar el nuevo A5 Coupé recordábamos algunos datos y cifras del nuevo protagonista. Comparte la plataforma MLB con su hermano -convencional-, el A4, y con respecto al modelo que sustituye, elimina grasa y mete músculo. Por el camino se deja, de media, 60 kilos. El interior se rodea de más calidad y es más amplio; aunque mido 1,70 metros y, a pesar de todo, mi cabeza roza en el techo en las dos plazas traseras.

Pero hemos venido a conducir. Iniciamos nuestro recorrido y elegimos la variante 2.0 TDI de 190 CV con tracción delantera y caja de cambio S tronic de siete velocidades, la combinación que mayores ventas acaparará en el mercado español. Está claro que el diseño es el argumento principal en la compra del A5 Coupé… Este propulsor sorprende por su refinamiento, rendimiento y baja sonoridad. Sube por encima de las 4.000 rpm si se le pide y, a la vez, es capaz de empujar con fuerza desde apenas 1.500 vueltas. El cambio de doble embrague es un gran aliado a la hora de gestionar las marchas por su rapidez, y nos consumió 5,8 litros de media.

Se puede llevar un ritmo muy alegre, aunque cuando llegan las curvas nuestra unidad no se muestra tan ágil como el resto de variantes dotadas con tracción quattro. Ojo, que la puede llevar en forma de la nueva quattro ultra, que pasa par al eje trasero sólo cuando es necesario, solución disponible con los bloques de cuatro cilindros y, de momento, con cambio manual. El resto sigue apostando por el tradicional sistema quattro con diferencial Torsen.

Lo mejor para el final

Para el final nos reservamos la guinda: el S5. El motor 3.0 V6 TFSI conserva el nombre, el diámetro y la carrera de los cilindros. Nada más. Gana 21 CV y basta con pisar el acelerador para 'enseñar los dientes' prácticamente desde parado.

Cómodo en autopista, se disfruta de verdad cuando llegan las curvas. Sube hasta las 7.000 rpm en un abrir y cerrar de ojos gracias a la nueva caja Tiptronic con convertidor de par de ocho marchas. El sonido que mana del motor invita a pisar el acelerador… y a reducir, pues el atractivo efecto punta-tacón 'artificial' nos sube el ego. Y la puesta a punto específica del conjunto nos permite incrementar el ritmo en curva, más aún si llevamos el diferencial deportivo, elemento que ofrece en opción, como el 3.0 TDI de 286 CV.