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Mazda6. Bendita madurez

El nuevo Mazda6, tanto en berlina sedán como en el familiar Wagon, recibe importantes cambios en aspectos como la reducción del sonido de los motores diésel, el comportamiento o la calidad y el equipamiento; pero tras los ligeros cambios que recibió en 2015, por fuera ahora sólo se puede apreciar que estamos ante la evolución 2017 por los intermitentes en los retrovisores exteriores o el nuevo color 'Machine Grey'.

Las modificaciones de esta nueva puesta al día no se ven, pero se sienten, porque los diésel suenan mucho menos, el coche ofrece un tacto sobresaliente y la sensación de calidad se incrementa. Y todo es más fácil de manejar porque el nuevo volante es mejor y más completo, la pantalla Head-Up Display tiene ahora mayor resolución y gráficos a color, y la pantalla multifunción del cuadro tras el volante tiene más calidad y gráficos más avanzados. Además, el despliegue de tecnología de seguridad activa aumenta con sistemas como el Reconocimiento de Señales de Tráfico, que identifica las señales de limitación de velocidad y las que prohíben el paso, y avisa cuando se sobrepasa algún límite.

G-Vectoring Control. Comportamiento más suave y eficiente

Mazda está entusiasmada con los resultados conseguidos por el sistema G-Vectoring Control, que nace con el objetivo de reducir la brusquedad entre las fuerzas de aceleración que se producen al acelerar, frenar o girar de cara a suavizar el comportamiento y reducir el cansancio. Para lograrlo, el GVC utiliza par del motor para generar fuerzas de aceleración o deceleración, y con ello desplazar parte de la carga hacia las ruedas delanteras o traseras, e incrementar el agarre de los neumáticos mejorando su respuesta. Las operaciones se realizan en menos de 15 milisegundos -parpadear lleva el doble de tiempo-, y se producen de forma muy suave para evitar sensaciones extrañas.

Según los ingenieros de la firma japonesa, el vehículo sigue de forma más fiel los deseos del conductor y requiere menos correcciones de la dirección. Además, favorece un comportamiento más suave y eficiente, y reduce la fatiga y el esfuerzo al volante.

Ellos han probado el sistema, que terminará montándose en todos los Mazda, con resultados interesantes que hemos podido visionar en videos, aunque en la práctica las mejoras al volante, muy sutiles incluso para un experto, no son tan evidentes como para notarlas sin haber conducido antes una unidad que no llevara montado el sistema GVC. Por ello, lo único que podemos confirmar después de la toma de contacto con este modelo es que el Mazda6 2017 es fácil y cómodo de conducir, que la conexión hombre-máquina a través de las suspensiones, el volante, los pedales y el cambio es directa y transmite mucha información, y que a nivel estabilidad y comportamiento el Mazda6 se mantiene en el grupo de cabeza de un segmento con muchos modelos extraordinarios. Que no es poco.

Mucho más evidente es la reducción de la sonoridad en los propulsores diésel. Esto es debido al Natural Sound Smoother, una tecnología que utiliza un amortiguador dinámico insertado en el bulón de los pistones para suprimir el ruido del motor de gasóleo en la banda de 3,5 kHz. Esta frecuencia es la que corresponde al ruido más molesto en el habitáculo, el que habitualmente se escucha cuando se arranca desde parado. Por su parte, el sistema Natural Sound Frequency Control se encarga de atenuar las otras tres bandas críticas de frecuencia: 1,3 kHz, 1,7 kHz y 2,5 kHz. La ingeniosa manera de conseguirlo consiste en generar un pequeño desfase en la sincronización del motor, del orden de 100 microsegundos. De este modo, las ondas sonoras que se producen antes, durante y después de la combustión se cancelan entre sí. El resultado es realmente magnífico, y los Mazda6 con motor diésel ya no suenan a diésel.

El nuevo Mazda6 está disponible desde 27.975 euros, con unos razonables incrementos respecto al modelo existente de 2015, que a pesar de las mejoras oscilan entre 50 y 200 euros, según niveles de acabado. Además, hay una promoción de lanzamiento de 3.000 euros.