Jaguar es una de las más importantes fábricas inglesas desde el punto de vista de la calidad de sus automóviles. Fue fundada en Coventry por William Lyons, en el año 1932 cuando, después de haberse dedicado a las motocicletas, se dedicó a preparar coches de competición con motores de la empresa Standard. Así nación la marca s.s. que en 1935 se convertiría en Jaguar por haber adoptado ese animal como símbolo y mascota de la marca s.s.

Jaguar ha conocido grandes éxitos deportivos y se ha afianzado como una marca de gran prestigio internacional. Durante la década de los años sesenta tuvo arrestos para comprar otras sociedades británicas como la Daimler y la B.S.A., pero la crissi de los años setenta la obligan a formar parte del consorcio de la British Leyland. El papel encargado a Jaguar en el grupo fue bastante nefasto hasta por lo menos 1980. Hasta esta fecha se mantuvieron los viejos modelos y los viejos motores y las pérdidas de la sociedad en importantes cada año.

La llegada de John Egan a la presidencia significó un aire de renovación que dio sus frutos en 1985, en cuya fecha la sociedad comenzó a tener beneficios. Con él al frente se consiguen dos victorias más en Le Mans con los XJR-9LM en 1988 y el XJR-12 en 1990. Pero antes, en 1989, la compañía decide que tendrá un mayor potencial si se une a un productor de talla internacional. De esa manera, Jaguar es vendida a Ford.

Durante los años 90, Jaguar lleva a cabo un programa de modernización y expansión que da como resultado la creación de los XK8 y XKR, y el lanzamiento del S-Type. Esto asegura la entrada de la automovilística en el nuevo milenio batiendo récords de manufactura y distribución de un gran número de modelos, y con la gama más amplia de productos en su historia. En febrero de 2001, el X-Type es la estrella indiscutible del Salón de Ginebra. En 2002 se presenta el nuevo XJ, con una carrocería de aluminio, en París. En 2008, el Grupo Tata se hizo con la marca Jaguar, así como sus tres subsidiarias (Daimler, Lanchester y Rover). La operación se cerró con un coste de mil setecientos millones de libras esterlinas. A día de hoy, Jaguar se mantiene fiel a la herencia de Lyons, que siempre quiso otorgar a los conductores un estilo único de lujo y prestaciones.