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McLaren, quién lo hubiera dicho, y en Spa

La penalización pendiente de Hamilton fue aprovechada en Spa por el equipo alemán, con lo que entregaba la victoria estaba en manos de Rosberg antes de comenzar la carrera. Al menos, el resultado belga ha servido para detener la imparable remontada de Hamilton en las últimas carreras, especialmente tras la dura derrota -deportiva y psicológica- sufrida por Rosberg en Hockenheim.

Mercedes volvió a confirmar su solvencia para solucionar en carrera los problemas que planteaban, en esta ocasión, el singular rendimiento de los Pirelli. Rosberg nunca estuvo a tiro de cualquier otro piloto. Y Hamilton remontó hasta la tercera posición. Al menos, fueron diez puntos recortados por el piloto alemán que mantiene vivo el campeonato. Cualquiera lo hubiera dicho tras las dos últimas carreras.

Vuelve McLaren

La segunda gran noticia de Spa fue el sorprendente rendimiento de McLaren y el MP4-31, coincidiendo con la última evolución de Honda. Tras la de Montreal y Silverstone, el fabricante japonés incorporaba otra que complementaba y reforzaba las anteriores. ¿Quién hubiera imaginado a Button dentro de los diez primeros en los entrenamientos oficiales tras la hecatombe del 2014 en el Q1, a más de tres segundos de la pole? Pero, sobre todo, ¿Quién hubiera apostado que, en una pista como Spa Fernando Alonso hubiera remontado hasta la séptima posición desde la última línea de parrilla?

«Absolutamente increíble. ¡Gran trabajo Fernando! Has ganado a dos Williams, un Ferrari y un Red Bull», le lanzaban con júbilo por la radio al piloto tras pasar bajo la bandera a cuadros. Varias las circunstancias de carrera coadyuvaron para lograr semejante resultado, pero los tiempos por vuelta de Alonso no engañaban. En un trazado con veintidós segundos a fondo desde La Source a Les Combes y un último sector también de alta velocidad, tan solo con decentes dosis de potencia se podía rodar quinto durante buena parte de la prueba y mantener a tales rivales por detrás en la meta. En McLaren, efectivamente, el paisaje está cambiando. La carrera belga también dejó otras buenas referencias.

Duelo Verstappen-Raikkonen, empieza a ser un clásico

Que Kevin Magnussen saliera en buen estado de un accidente que arrancó la parte derecha de sus monoplaza. Que la FIA dejara manga ancha a la más que discutible defensa de Verstappen sería magnífico si ello sirviera también para aplicar el mismo rasero con el resto de los pilotos, disfrutándose así duelos tan calientes entre el resto de la parrilla. Que el enfrentamiento del holandés con Raikkonen lleva camino de convertirse en un clásico que puede ofrecer momentos magníficos en el futuro. Y que Red Bull y Ferrari parecen destinados a luchar entre sí hasta final de temporada es otra gran noticia.

El equipo austríaco parece definitivamente haber superado a Ferrari los sábados, pero Vettel y el finlandés se revuelven los domingos. Sin embargo, los dos monoplazas rojos hipotecaron nuevamente entre sí su resultado en la primera curva. La Scudería afronta en el próximo Gran Premio de Italia una prueba de dignidad y orgullo ante los suyos. Y necesita superarla como nunca.

Sainz pelea, pero Toro Rosso va para atrás

En el lado opuesto, Spa confirmó con sangrante evidencia que Carlos Sainz tendrá que hacer milagros para entrar en los puntos ante la involución de Toro Rosso y su propulsor. Será un duro final de temporada. Lástima que cuando el piloto compensa con su ya típica agresividad y efectividad en las salidas, un pinchazo le dejara fuera de combate en la primera vuelta. Al menos, a partir de ahora, si Sainz lograr volver a los puntos, habrá mucho de mérito en el piloto. En Bélgica pudo haber sido así. El Gran Premio de Italia llega a la vuelta de la esquina. ¿Y si McLaren vuelve a repetir lo vivido en Spa?