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Mónaco, el helicóptero o la bicicleta

No es solo el toque singular de cosmopolitismo y exclusividad que rodea al Gran Premio de Mónaco durante casi toda una semana, y que la Fórmula 1 aprovecha hasta sus últimas oportunidades para vestir su imagen. La pista es protagonista tanto como puede serlo la carrera en sí misma. Y el piloto, también.

«Desde nuestro punto de vista -quizás los equipos lo vean de forma diferente- lo mejor de venir a Mónaco es que es un circuito donde el piloto tiene más influencia en los acontecimientos», explicaba Daniel Ricciardo ante la llegada del gran premio monegasco, «pilotar un Fórmula 1 es especial en cualquier parte -la velocidad, la potencia y la aceleración te dejan anonadado- pero aquí es como hacer una vuelta en un supermercado, y mola, mola mucho».

Un sitio sobrecogedor

«Cuando salías con el coche en las primeras vueltas del fin de semana, siempre te decías a ti mismo, ¡buah, mierda! ¡este sitio es sobrecogedor». Alain Prost, como tantos otros pilotos, quedaba impresionado ante esos primeros momentos donde el singular espacio físico desconcertaba e impresionaba a los pilotos a partes iguales, hasta que los sentidos, cuerpo y cerebro se acostumbraban a un entorno claustrofóbico.

«Volar con un helicóptero en el comedor de casa», «montar en bicicleta en el cuarto de baño»… Los clichés de Nelson Piquet y David Coulthard son metáforas ya acuñadas para el trazado monegasco, y Ricciardo aprovechaba para añadir de su cosecha. «Sé que había una frase sobre Mónaco y la bicicleta en el cuarto de baño… Bueno, cuando era niño, me encantaba montar en mi pequeña bici dentro de la casa. Era más divertido, había más obstáculos, y era un poco más peligroso».

Para marcar diferencias en Mónaco, antes el piloto debe confiar plenamente en su monoplaza. Cualquier deriva hacia el sub o sobreviraje es una pesadilla. Porque rodar a escasos metros de los raíles es un paseo cada vuelta por los límites de un precipicio. Muchas veces el piloto se asoma cuando se escucha el sonido metálico de los raíles, tocados sutilmente por una rueda que sobre ellos se ha apoyado

La carrera más dura del campeonato

Mentalmente, quizás sea ésta la carrera más dura del calendario junto con Singapur. Fernando Alonso reconocía que uno se quedaba varios días 'sonado' tales son las sensaciones visuales y físicas. Por no hablar de la extrema concentración para no cometer errores y no caer ante los raíles. Muchos de los pilotos agradecerán también los cambios semiautomáticos del presente para ello. Al margen del esfuerzo físico que representa esta prueba. En 1983, Keke Rosberg reconoció haber llegado a la meta con la mano derecha en carne viva.

Senna, el rey de Mónaco

Ayrton Senna ganó seis veces seguidas en Mónaco. Hubieran sido siete, de no ser por aquel despiste de 1988, cuando arrasaba. En su primera participación, 1984, casi ganó bajo la lluvia. El brasileño dominó en casi el 75 por ciento por ciento de las carreras en las que participó en el Principado. Schumacher ganó en otras cinco, al igual que Graham Hill. Fernando Alonso y Nico Rosberg son los únicos en ganar dos carreras seguidas en los últimos 20 años. Si el alemán repitiera, sería el primero desde Ayrton Senna en ganar tres carreras seguidas. Para el español ésta es carrera marcada en el calendario. Porque ya sabe que, en Mónaco, el piloto puede seguir marcando diferencias.