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El pozo es cada vez más profundo

«Nico, ¿por qué no pilotas siempre así?» Un dicharachero Gerhard Berger le lanzaba al ganador del Gran Premio de Austria una pregunta con carga de profundidad. Porque encerraba un toque de censura y de elogio para quien, en algunos momentos de la actual temporada, parecía un animal derrotado. La realidad es que Rosberg -que ya había ganado en el GP de Austria de 2014– está ahora a sólo diez puntos de Lewis Hamilton tras ganar tres de las cuatro últimas carreras. Si pilotara siempre como lo hizo en el Red Bull Junior Ring, Lewis Hamilton ya podría despedirse del título

Afortunadamente, el actual campeonato confirma que una temporada, cuando se cuenta con similar material y talento, es una marea que sube y baja con diferentes pleamares para cada piloto. El alemán ha vuelto a abrir la lucha por el título cuando parecía muy decantada hacia su rival antes del Gran Premio de España. Hay figuras en el paddock que incluso ya hablan del británico en términos de campeón. Todo sigue abierto. Siempre y cuando te llames Mercedes y seas uno de sus pilotos.

Todos quieren un cambio en la F-1

Porque la cita austríaca ha recordado la urgencia de desbloquear un panorama que está asfixiando a todos los rivales. El dueño de Red Bull, el presidente de Honda, del grupo Fiat Chrysler… Los máximos responsables de los principales fabricantes y equipos estaban presentes este fin de semana en el circuito para reestructurar una Fórmula 1 cuyo reglamento condenaba por sanciones al fondo de la clasificación a dos de los mejores equipos, Red Bull y McLaren.

Sí, porque su trabajo técnico no funciona. Pero porque también la Fórmula 1 está enjaulada en un proceso que controla una tecnología de una complejidad tal que ni siquiera tres fabricantes son capaces de competir con el fabricante alemán. Aunque no hayan dado con la tecla como Mercedes, tampoco tienen margen para recuperar terreno.

Rosberg no tuvo rival

En todo caso, la victoria fue para el mejor sin discusión. Porque Hamilton no pudo en ningún momento con Rosberg. El 'chute' moral para el piloto alemán llega en momento crucial, cuando ha demostrado ser capaz de recuperarse de la paliza a la que le sometía el británico en la primeras carreras de la temporada. Y si Hamilton, que salía primero aquí, sacó energía mental y emocional en la parte final del pasado año gracias a superar los numerosos dientes de sierra que sufrió en 2015, Rosberg parece vivir una situación semejante

En el Red Bull Ring quedó nuevamente claro que el tercer puesto del podio es la única aspiración para los rivales de Mercedes. Ferrari parece haber quedado desplazado de esa posición en las últimas carrera ante un equipo Williams que, como en 2015, afronta ahora el acelerón técnico que puede llevarle a superar regularmente al equipo italiano. Que sigue confirmando que tampoco es ninguna alternativa para Mercedes. Si le tocó a Bottas en Canadá, en esta ocasión ha sido el turno de Felipe Massa.

McLaren, en picado; Sainz, sin suerte

Poco se puede decir de McLaren y Honda, salvo que siguen cavando una fosa cada vez más profunda. Todo lo que pudo salir mal en Austria salió peor. Fiabilidad, poco kilometraje para contrastar el nuevo paquete aerodinámico, Alonso fuera de carrera con un accidente que podría hipotecar ya el próximo Gran Premio de Gran Bretaña si el motor ha quedado afectado, Button en boxes a pocas vueltas de empezar… La situación del equipo británico y dos campeones del mundo comienza a tomar tintes de pesadilla. Y sin visos de salida.

Carlos Sainz tampoco tuvo suerte durante el fin de semana a partir del Q1. Mientras Verstappen cuajaba una magnífica actuación global, el español quedaba fuera del Q3 y a pesar de su gran salida y su ritmo inicial de carrera, le ha caído encima la espada de Damocles técnica que siempre pende esta temporada sobre los monoplazas con motores Renault. Afortunadamente, Roberto Merhi lograba su mejor resultado de la temporada, aniquilando totalmente a su compañero de equipo durante todo el fin de semana.