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Carlos Sainz. El Toro Rosso donde no se le esperaba

«Después de lo bien que fue la clasificatoria, quizás en carrera comprobamos que no era nuestro puesto, o que aún no estamos preparados para estar ahí porque no iba el coche bien ni yo me he sentía cómodo con el monoplaza durante la prueba». Carlos Sainz vivió la cara de su fantástica actuación en los entrenamientos del Gran Premio de Bahrein, con la cruz de una carrera que puso en evidencia los problemas de motor en lo que parece generalmente un magnífico chasis que, sin embargo, tampoco funcionó el domingo en Bahrein

Una gran clasificación

Con velocidades punta en el fondo de la tabla, Sainz fue capaz de entrar en el Q3 el sábado, un resultado extraordinario para el Toro Rosso que Verstappen no podía igualar, lo que resarcía al piloto español de su derrota frente al holandés en el Gran Premio de China. «Tenemos un coche equilibrado que es bueno en las curvas de alta velocidad y suave con los neumáticos», declaraba un optimista Sainz el sábado.

El domingo, sorprendentemente, ocurrió todo lo contrario. «Desde la primera vuelta no parecíamos tener mucho ritmo, no sabíamos por qué, pero perdimos mucho del viernes a la carrera» reconocería después sorprendido el piloto madrileño. Ninguno de los monoplazas italianos pudo terminar la carrera por problemas técnicos. Pero, al menos, Carlos Sainz volvió a dejar en el Gran Premio de Bahrein otro 'recado' de su talento.