comscore

Audi y Volkswagen cambian de planes. El fin de una época

El Grupo Volkswagen afronta años de incertidumbre. No solo ante las consecuencias económicas de multas y pleitos colectivos con su correspondiente bola de nieve de indemnizaciones. También ante posibles recortes internos en el futuro, y en términos de imagen para una corporación que cotiza en bolsa y debe controlar determinadas alegrías en tiempos de incertidumbre. Todo ello, además, con el nuevo rumbo estratégico que está planificando para una gama automovilística que, probablemente, abandonará el diésel como eje principal hacia la nueva tecnología híbrida y eléctrica.

Las noticias caían como un jarro de agua fría en sus respectivos campeonatos, en la opinión pública y, por supuesto, en el seno de Audi Sport y Volkswagen Motorsport. Hace pocas fechas, el responsable del equipo Toyota del WEC se aventuraba a avanzar que, por sus noticias y los movimientos en Audi, pensaba que el equipo seguiría más allá de 2018 en la disciplina. Hasta tal punto la decisión ha sido fulgurante e inesperada que las dos marcas ya tenían preparados sus respectivos modelos para el próximo año. En el Mundial de Rallies, incluso bajo un nuevo reglamento.

Audi a la Fórmula E

«A medida que nuestros coches de producción van siendo cada vez más eléctricos, nuestros vehículos de competición, como líderes tecnológicos, también deberían seguir ese camino». Audi señalaba la Fórmula E como próxima plataforma deportiva, certamen en el que ya está presente a través del equipo Abt-Schaeffler, y en el que pretende involucrarse en el futuro hasta convertirse en equipo oficial en 2018, precisamente el año en que empezarán a venderse modelos eléctricos de la marca en sus concesionarios. La Fórmula E se convertirá en una plataforma de apoyo mediático ideal llegado ese momento, y Audi aprovechará el certamen, como lo hizo en su día con el WEC, para desarrollar la tecnología eléctrica, aunque resulta difícil imaginar que la proyección en competición de todo el Grupo alemán se centre en un certamen que está lejos todavía de ofrecer el retorno global del WEC, de Le Mans y del Mundial de Rallies.

Al margen del complicado contexto que atraviesa el Grupo Volkswagen por el llamado 'Dieselgate', otros factores más específicos también han podido jugar su papel.

En el WEC quizás resultaba ya poco justificable que dos de sus marcas se enfrentaran directamente, una de ellas con todos los éxitos imaginables en los últimos quince años. En el caso de Audi, su estrategia para la tecnología híbrida del WEC pasaba por la motorización diésel, que parece afrontar cada vez más restricciones de naturaleza política en numerosos mercados, y cuando casi todas las marcas ya empiezan a inundar el mercado con nuevos vehículos híbridos, a la espera del eléctrico a gran escala.

Además, el sistema híbrido de Audi con motor diesel alcanzaba en el WEC su techo frente a los sistemas con motores de gasolina usados por sus rivales. Por cuestiones técnicas, el sistema híbrido de Audi tenía problemas para alcanzar la más potente categoría de 10 Mj, algo que sí podrían lograr Porsche y Toyota con sus sistemas. Mejor decir adiós cuando hay dudas sobre las opciones de victoria.

La decisión de Audi implicará toda una reestructuración de Audi Sport. También significa el comienzo del adiós de Wolfgang Ulrich, artífice de los éxitos de la marca alemana desde los programas de Turismos en los 90. Seguirá un año más, pero ya asesorando a su sustituto, Dieter Gass, en la preparación del nuevo programa de la Fórmula E. Con 65 años y un brillante ciclo con Audi Sport, Ulrich cierra así una aventura que empezó en 1999 en Le Mans, y que desde entonces ha cosechado trece victorias, incluyendo las primeras de un motor diésel y de la tecnología híbrida en la famosa carrera francesa.

Algunos rumores han apuntado para el futuro a una posible presencia en la Fórmula 1 de la mano de Red Bull, equipo aliado tradicional del Grupo en numerosas aventuras deportivas. Pero la tecnología desarrollada durante estos últimos años en el WEC y la reubicación de gran parte del personal de Audi Sport en otros departamentos del grupo no parecen avalar semejante posibilidad.

Volkswagen, coches para clientes

«Logramos superar nuestras expectativas deportivas en el Mundial de Rallies, ahora estamos redirigiendo Volkswagen Motorsport, poniendo en el punto de mira con mayor atención la tecnología de los vehículos del futuro», justificaba Frank Welsh, máximo responsable de Volkswagen. Tras cuatro años consecutivos de títulos, quizás el Mundial de Rallies ya no aportaba el mismo retorno a la marca alemana, considerando además el comienzo de una nueva era en la disciplina. Y si a ello también se le añade la mencionada situación global del Grupo, el realineamiento de su política deportiva y tecnológica ha terminado por alcanzar también al programa de los rallies, que ahora se mantendrá con un perfil notablemente más bajo.

«Clientes» en vez de un equipo oficial es la nueva filosofía de Volkwagen, que junto con la salida del Mundial anunciaba también el desarrollo de la versión R5 del Polo, una montura más extendida en el Europeo de Rallies, donde puede encontrar un mercado importante. La marca alemana también apoyará al Golf GTI TCR en los circuitos, y al Beetle GRC en Rallycross, una disciplina donde Audi podría incrementar su apoyo en el futuro.

En todo caso, la salida de Volkswagen del WRC no afecta tan duramente al Mundial de Rallies como la de Audi en el WEC y en las 24 Horas de Le Mans. Aquel seguirá contando con la presencia de Hyundai, M-Sport (Ford),el desembarco total de Citröen y la llegada de Toyota. Sin embargo, tanto el campeón del mundo Sebastian Ogier como Jari-Matti Latvala y Andreas Mikkelsen han tenido que buscar acomodo en otros equipos. 

Las decisiones del Grupo Volkswagen han puesto en evidencia, una vez más, que las actividades deportivas de un fabricante se someten a sus exigencias tecnológicas y de marketing. Más, si cabe, en estos tiempos cruciales, con el vehículo híbrido y el eléctrico como grandes protagonistas para los próximos años. Y si se añade una gran factura a pagar por errores estratégicos de alcance global, es evidente que ha llegado el fin de una época para el Grupo Volkswagen en el mundo del deporte automovilístico.